Doña Santos Violeta es una diestra tejedora del Centro Poblado de San Ignacio de Loyola, localidad donde se mantiene una milenaria tradición textil que tiene a las fajas como herencias del legado inca y a los chullos como herencia colonial. Entre las fajas destacan dos tipos: faja sara y faja para, el uso de cada una de estas fajas está relacionado a la edad de la mujer que la porta. La faja sara es utilizada por las mujeres adultas y la faja pata por las niñas y jóvenes; también se emplea para sostener el vientre durante el embarazo, fajar bebes y la cintura de los hombres mientras realizan faenas agrícolas. Se tejen a telar de cintura con múltiples lizos, sus dimensiones fluctúan entre los 3 y 4 m. y son realizadas con hilos industriales. Los extremos de estas fajas no se tejen por completo, dejan libres las urdimbres y finalmente se trenzan. En la parte final se coloca un cordón trenzado que las mantiene unidas, donde se acostumbra colgar anillos, llaves y piruros. En el año 2007, las fajas sara y pata han sido declaradas Patrimonio Cultural de la Nación.